Títols
El sistema monástico alcanzó un gran desarrollo en Egipto durante la Antigüedad Tardía. Las mujeres, al igual que los varones, acogieron la vida monástica en cualquiera de sus diferentes tipos y subtipos. Así, el monacato femenino tuvo una gran expansión y se consolidó dentro de las estructuras de la Iglesia y del monacato formando parte activa en ellas. La documentación papirológica griega y copta muestra a las ascetas viviendo en sus casas solas o con sus familias, en monasterios o habitando en las proximidades del desierto en relación con los anacoretas. Estas mujeres eran denominadas con una terminología que distinguía su condición religiosa; sin embargo, formaron parte de la sociedad de manera dinámica al tener posesiones privadas, realizar transacciones económicas, heredar bienes familiares, pagar impuestos o mantener relaciones familiares y de amistad.